
Caries dental
La caries dental (deterioro de los dientes) es un importante problema de salud global, especialmente en los países de bajos ingresos, donde los factores de protección, como el acceso al flúor (por ejemplo, el uso de pasta de dientes con flúor) y los tratamientos dentales, son menos accesibles (1,2). La caries dental puede desarrollarse con el tiempo cuando la saliva interactúa con carbohidratos de fácil digestión (por ejemplo, azúcares y almidones) y con las bacterias presentes en la placa dental (3–5).
Azúcares en la dieta y riesgo de caries dental
El desarrollo de caries está fuertemente influenciado por diversos factores, incluyendo la mala higiene oral (por ejemplo, el cepillado de dientes), la exposición al flúor, la frecuencia de exposición a carbohidratos de fácil digestión y otros factores dietéticos (6–11). La Organización Mundial de la Salud ha recomendado limitar la ingesta de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total, basándose en la relación encontrada entre el consumo de azúcares y la caries dental. Esta recomendación se basa en evidencia de calidad moderada, clasificada así porque es difícil para los estudios que analizan la relación entre el consumo de azúcares y la caries dental tener en cuenta todos los factores involucrados. De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sugiere que la relación encontrada en estos estudios entre la ingesta de azúcares y la caries dental probablemente esté influenciada por la higiene oral y el uso de flúor (11).
