
Este contenido ha sido revisado por la Dra. Wendy Hall, King’s College London, Reino Unido.
Enfermedades cardiovasculares (ECV)
Las enfermedades cardiovasculares (ECV), también conocidas como enfermedades del corazón, son un grupo de trastornos que afectan al corazón y los vasos sanguíneos. Generalmente, están asociadas con la acumulación de depósitos de grasa dentro de las arterias y a un mayor riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Esto puede provocar daños en las arterias (vasos sanguíneos grandes) y reducir el suministro de sangre a órganos como el cerebro, el corazón, los riñones y los ojos.
Las ECV son la principal causa de muerte en el mundo, con aproximadamente 17 millones de muertes cada año (1). Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar ECV. Algunos no pueden modificarse como la genética, la edad, o los antecedentes familiares, mientras que otros pueden ser modificables (presión arterial alta, el sobrepeso, el tabaquismo, la actividad física y el colesterol alto). (2).
Azúcares en la dieta y riesgo de ECV
Revisiones científicas publicadas por investigadores de la Universidad de Toronto y la Universidad de Otago no evidencian un vínculo directo entre el consumo de azúcares y el riesgo de ECV (5,6). El exceso de calorías provenientes de cualquier alimento o bebida, incluidos los azúcares, puede llevar al aumento de peso, lo que incrementa el riesgo de obesidad y otras enfermedades crónicas, como las ECV. Investigaciones sugieren que el efecto de los azúcares en el riesgo de padecer una ECV es dependiente del exceso en la cantidad total de calorías consumidas en la dieta (3,4). Algunos macronutrientes (nutrientes que aportan calorías, como grasas y carbohidratos) pueden hacer que los alimentos sean más palatables, lo que podría promover un consumo excesivo de calorías.
La fuente de los azúcares en la dieta también puede ser importante. Investigaciones muestran que no parece haber un efecto negativo de los azúcares consumidos en ciertos alimentos ricos en nutrientes, como yogur, frutas, jugo 100% hecho de fruta y cereales integrales, siempre y cuando se consuman como parte de una dieta saludable en general (5,6). Algunos estudios observacionales han encontrado una relación entre el alto consumo de bebidas azucaradas y un mayor riesgo de desarrollar ECV. Sin embargo, otros factores del estilo de vida también pueden estar asociados con una alta ingesta de bebidas azucaradas y no se tienen completamente en cuenta al evaluar la relación entre los patrones alimentarios y el riesgo de ECV. Estos incluyen la baja actividad física y otros factores dietéticos como un alto consumo de sal y grasas saturadas, que son más comunes en personas que consumen muchas bebidas azucaradas y que se sabe que aumentan el riesgo de ECV. Por lo tanto, no está claro si el alto consumo de bebidas azucaradas es el factor determinante en el aumento del riesgo de ECV o si hay otros factores relacionados (7–9).